La palabra etimología viene del latín "etymologia " y este del griego ἐτυμολογία (etymologia ). Es un cultismo formado de ἐτυμος (etymos = verdadero), λογος (logos = palabra) y el sufijo -ía usado para crear sustantivos que expresan una relación a algo. Es decir, significa "relacionado con la verdad de la palabra".
La palabra "étimo" deriva del griego étymos y se refiere a la raíz o palabra de la que procede un vocablo. Por ejemplo, la palabra padre en castellano, al igual que padre (italiano), pai (portugués), pare (catalán), paire (occitano), père (francés), babbu (sardo), bab (retorrománico), tienen todos el étimo latino pater.
La raíz griega λογος (logos = palabra) es muy común en la creación de términos que expresan una relación con palabras. Ver, por ejemplo: diálogo, filólogo, y prólogo.
Los cultismos son palabras introducidas por filósofos, escritores y científicos para expresar conceptos carentes en el lenguaje vulgar. Muchos cultismos son tomados directamente del latín o el griego clásico, por lo tanto no sufren las transformaciones normales de las palabras patrimoniales. Las palabras patrimoniales también pueden llegar del latín o griego, pero van cambiando fonéticamente a medida que el idioma va evolucionando.
La etimología inmediata explica la última procedencia de una palabra. En el caso de la palabra etimología, la ultima procedencia sería del latín. La razón es que durante el Renacimiento (siglos XVI-XVII) el latín, lengua de los romanos como César, Cicerón, Plinio y Virgilio, se convierte en la lingua franca de Europa. Es decir, las universidades, la Iglesia y la diplomacia se comunicaban en latín. Los primeros diccionarios etimológicos se escribieron en latín, uno de los más famosos es Etymologiarum libri XX de San Isidoro de Sevilla (560-636). Pero los antiguos filósofos griegos ya diferenciaban entre los conceptos de (1) definición y (2) origen. Incluso Cicerón usa la palabra veriloquium (verdadera locución) cuando traduce a los clásicos griegos, pero dice que prefiere la palabra notatio (notación):
La palabra "étimo" deriva del griego étymos y se refiere a la raíz o palabra de la que procede un vocablo. Por ejemplo, la palabra padre en castellano, al igual que padre (italiano), pai (portugués), pare (catalán), paire (occitano), père (francés), babbu (sardo), bab (retorrománico), tienen todos el étimo latino pater.
La raíz griega λογος (logos = palabra) es muy común en la creación de términos que expresan una relación con palabras. Ver, por ejemplo: diálogo, filólogo, y prólogo.
Los cultismos son palabras introducidas por filósofos, escritores y científicos para expresar conceptos carentes en el lenguaje vulgar. Muchos cultismos son tomados directamente del latín o el griego clásico, por lo tanto no sufren las transformaciones normales de las palabras patrimoniales. Las palabras patrimoniales también pueden llegar del latín o griego, pero van cambiando fonéticamente a medida que el idioma va evolucionando.
La etimología inmediata explica la última procedencia de una palabra. En el caso de la palabra etimología, la ultima procedencia sería del latín. La razón es que durante el Renacimiento (siglos XVI-XVII) el latín, lengua de los romanos como César, Cicerón, Plinio y Virgilio, se convierte en la lingua franca de Europa. Es decir, las universidades, la Iglesia y la diplomacia se comunicaban en latín. Los primeros diccionarios etimológicos se escribieron en latín, uno de los más famosos es Etymologiarum libri XX de San Isidoro de Sevilla (560-636). Pero los antiguos filósofos griegos ya diferenciaban entre los conceptos de (1) definición y (2) origen. Incluso Cicerón usa la palabra veriloquium (verdadera locución) cuando traduce a los clásicos griegos, pero dice que prefiere la palabra notatio (notación):
Ea est autem, cum ex vi nominis argumentum elicitur; quam Graeci etumologian appellant, id est verbum ex verbo veriloquium; nos autem novitatem verbi non satis apti fugientes genus hoc notationem appellamus, quia sunt verba rerum notae. Itaque hoc quidem Aristoteles symbolon appellat, quod Latine est nota. Sed cum intellegitur quid significetur, minus laborandum est de nomine.
Muchos argumentos están derivados de la observación y es así que se deduce el significado de una palabra, lo cual los griegos llamaban etimología, lo que sería palabra por palabra veriloquium. Pero nosotros, evitando la novedad de la palabra, llamamos este género notación, porque las palabras son notas. Por eso Aristóteles las llama símbolos. a lo que le decimos nota en latín. Pero cuando entendemos su significado, lo que menos importa es su nombre.
Marco Tulio Cicerón, Tópicos, XXVII 35
Los cultismos y etimologias
inmediatas, por lo general son recientes y conservan cierta
documentación. Usando manuscritos y textos impresos se puede probar
quien fue la persona que acuñó cierta palabra y cuando lo hizo. Ver por
ejemplo: entropía, folklore, hormona, malware, panspermia, vitamina, y
televisión.
La etimología inmediata deja a los filólogos insatisfechos. Estos quieren saber todas las transiciones evolutivas de la palabra. Estas son muy interesantes sobretodo cuando una palabra atraviesa varias lenguas a lo largo del tiempo
(ver: ahorro y
sopaipilla), cambia de significado al cruzar un idioma (ver:
canguro) o regresan al mismo idioma, pero con acento (ver:
barbecue) o con diferente significado (ver:
gay y
presea).
El deseo de entender el origen de
las palabras lleva a las personas a inventar o "deducir" su origen sin
una base científica. A eso se le llama etimología popular.
Los eruditos siguen las pistas de
las palabras a través del tiempo y la geografía basándose en
acontecimientos históricos, reglas de estructura, derivación,
composición, eufonía, y gramática de la lengua de origen, alteraciones
ortográficas y prosódicas, para llegar así a la etimología primitiva.
La etimología primitiva es la autóctona de un idioma, o sea, sin haber
sido tomada de otra lengua. Así los eruditos llegaron a imaginar una
lengua proto-indoeropea, que se hablaría unos 6000 años atrás y que
sería la base del sánscrito (idioma de la India), griego y latín. Esta
lengua nos daría el lexema -leg (hablar), que seria la raíz de la palabra λογος (logos = palabra).