Etimología: Del latín ficus.
Segundo fruto, o el más tardío, de la higuera. Es blando, de gusto
dulce, por dentro de color más o menos encarnado o blanco, y lleno de
semillas sumamente menudas; exteriormente está cubierto de una piel fina
y verdosa, negra o morada, según las diversas castas de ellos.